sábado, 21 de septiembre de 2013

Pequeños detalles

Son las ocho y veintisiete de la mañana. Espero impaciente. Miro el reloj, y veintiocho. Es la hora de la rubia esbelta. Ahí está; pasa tirando de su pequeño berrinchudo. Al fondo del andén, el adolescente gótico con sus cascos gigantes. Un minuto más; me ajusto la corbata. Varias madres con sus retoños se arremolinan junto a mí. Llega la chica feliz. Cruzamos las miradas. Me sonríe. El vaivén de pasos acelerados se incrementa. Y media. Puntual. El tren abre sus puertas. Todos salen. Todos entran... menos yo. Olvidaba que ayer me despidieron.

 By Morgana M.L